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martes, 23 de abril de 2013
Día 1: Mezquita Azul, Santa Sofía, Basílica Cisterna.
Después de subir una de las tantas lomas que posee Estambul, llegamos a la plaza de Sultanahmet, donde en épocas romanas se levantaba el hipódromo. Hoy se concentran los monumentos más emblemáticos de Estambul: Mezquita Azul, Hagia Sofía, el obelisco egipcio del Templo de Karnak, la columna romana de Constantino, la columna serpentina, el museo de Arte Turco e Islámico, una fuente con mosaicos bizantinos.
Nuestra primera parada fue la Mezquita Azul. Entramos por una entrada diferente a los fieles para no molestar su rezo. Nos descalzamos, nos colocamos unas bolsitas en los pies, las mujeres nos tapamos la cabeza con un pañuelo y a las turistas que tenían calzas las proveyeron de una pollera larga descartable.
Es espectacular, la belleza por dentro y fuera te llenan los ojos.La arquitectura musulmana es imponente y estéticamente hermosa. Esta mezquita es la única que tiene seis minaretes. Cuando se edificó hubo protestas porque tenía la misma cantidad de minaretes que la Meca. Para evitar conflictos, el sultán que la construyó pagó de su propio bolsillo un minarete más para la Meca. Fue la única que se erigió con fondos personales y no con un botín de guerra. Todas las mezquitas existentes son variaciones a escala de esta, por supuesto con menos minaretes.
El nombre de Mezquita Azul proviene del tinte que poseen los azulejos que forman sus paredes y cúpulas. Como el Islam no permite imágenes, los dibujos son arabescos, flores y diseños abstractos. También hay placas talladas con el símbolo de Alá, Mahoma, versículos del Corán y de seguidores directos de Mahoma. Está iluminada por decenas de lámparas que cuelgan del techo en hileras y el suelo está revestido por una alfombra mullida.
Luego fuimos a Hagia Sofía, Ayasofía o Santa Sofia, la iglesia principal en la época de Constantinopla cristiana y, al ser conquistada por los musulmanes, la convirtieron en mezquita, por eso conviven los medallones árabes con los íconos cristianos. Su fachada es roja. Hoy es un museo.
El espacio te invade cuando entras, como no hay asientos ni objetos ni muebles ni altares que frenen la vista, es enorme y magnífica.
En un primer piso se observan los mosaicos en oro de los apóstoles, la virgen María, Jesús y, como en todo arte de la época bizantina, el emperador romano y su esposa están coronados con las aureolas divinas.
A la tarde, fuimos a la Basílica Cisterna de Yerbatan Sarnici, en la época romana funcionó como el más grande depósito de agua de Estambul. Se encuentra cerca de Hagia Sofía y, como es subterránea, se siente un poco de frío. Es una obra de ingeniería hidráulica grandiosa. Salió a la luz nuevamente porque hubo vecinos que decían que sus sótanos se encontraban mojados.
De aquí se abastecía de agua a la ciudad. El lugar está lleno de columnas, dispuestas en varias filas en paralelo. Son de igual tamaño y distintos estilos, descansan sobre un espejo de agua, donde nadan peces. Una luz tenue rojiza tiñe el lugar.Hay dos columnas que tienen una cabeza de medusa en su base. Una tiene la cabeza invertida y la otra apoyada sobre su cachete. No se sabe por qué.
Nuestro recorrido terminó a las 16 hs, ya que debíamos partir al aeropuerto para irnos a Capadocia.
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